Sigo mi camino,
el cual a mi vino,
cuando con desatino,
me alce contra mi destino.
Solo me queda esperar,
a tu misericordia llegar,
que otro dia me deje luchar,
contra quien quiera arrasar,
lo que he llegado a amar.
Que mi espada se levante,
y mi escudo me defienda,
del enemigo que no entienda,
que de tu mano soy un guante,
guante protector
de quienes en mi confiaron,
cuando mis armas se alzaron.
Mell
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